Tú

martes

Tornado, mi tornado.




Un tornado por donde pasa arrasa, arrasa y destroza todo.
No deja nada intacto, es feroz, inquieto, aniquila, destruye lo que otros han construido.
Todo lo que toca, lo des-coloca, lo mueve, lo cambia...
¿Lo limpia? Puede...
Pero no solo es capaz de todo eso, sino que a su vez, se remueve, se translada y rota, con tal fuerza que crea una energía autosuficiente, a veces reparadora que se da forma a la vez que fuerza y que estas crecen de forma directamente proporcionales, más forma, más fuerza...
Un tornado aniquila, es destructivo.

Es fácil recordar, hablar, de aquellos recuerdos que nos han ido haciendo daño gradualmente, de forma común, a todos nos han roto el corazón alguna vez y hemos llegado a casa con la cara desencajada, con ganas de acostarnos y al día siguiente desahogarte con la primera persona digna de confianza y llorar lo que no está escrito.
Pero... ¿y los recuerdos que no son solo recuerdos, sino que es presente y que sabes que incondicionalmente y por narices, va a ser futuro?¿Qué haces con ellos? No puedes ni borrarlos, ni sincerarte, ni refugiarte en ellos...
Solo puedes aprender a vivir con una herida, que jamas se cierre, que escuece, que se hace grande con el tiempo, que la madurez no lo cura, sino que lo disimula mejor. No todo cicatriza igual que una herida, no hay bichitos blancos ni rojos que vienen a salvar esa herida como nos enseñaban de pequeños en las míticas series, no, cuando algo duele, duele siempre, cuando es una herida viva, que vive en ti, duele, duele todos los días, duele cada mañana, cada noche, cada momento de aislamiento con uno mismo, es ahí cuando vuelve todo otra vez, y piensas " es otro día, solo otro mas, ya cambiara todo" pero sabes que no, que ni Dios, ni los milagros existen que hay cosas que están en tu mano, otras que es mejor dejarlas estar y que ellas solas se enrreden y se desenrreden solas.

Puede que sí, que tenga complejo tornado, mi tornado, pero y ¿qué hago?, y ¿cómo lo hago? ...
Hay días que consigues centrar tus pensamientos en otras cosas, esos días te sientes un poco mejor...

2 comentarios:

  1. Hola! Qué tal?
    Llevo tiempo leyendo tu blog pero ahora, por fin, me he decidido a comentar. Yo creo que esas "heridas" de las que hablas son muy necesarias, y más aún si son heridas del amor. Si no fuera por esos malos momentos nunca aprenderíamos, porque para amar y ser amado primero tienes que sufrir y llorar bastante, es lo que hay. Algún día todo se verá recompensado, pero hasta la llegada de ese día hay ir tirando como buenamente se pueda. Hay que exprimir los buenos momentos, que son pocos, e intentar levantarse por las mañanas lo más optimista posible.
    Y no sé que más contarte Loca enamorada, espero que actualices en breve y feliz año!!! ^^
    Un saludo!

    ResponderEliminar
  2. Los días son tan extraños como las heridas. Cada vez que hay intención, fundamos un imperio de sensaciones. En esto, a veces estamos sobrevolándonos a nosotros mismos o sencillamente nos dormimos. Sea como sea, la amargura no es una elección, el amor y la destrucción no son un camino, porque el viento todo lo lleva, siempre.

    ResponderEliminar