Es una monomanía.
Hoy, todo se derrite y se quebranta, en el fuego, dentro, en el fuego.
Intentar apaciguar el calor que se alimenta de la locura, es como pedirle a un pez que viva al aire... bonito, pero imposible, increíble.
Es según el viento, la llama crece o mengua, de forma inesperada, rara, puede haber un incendio, o solo cenizas.
Los escombros, siempre nos quedarán para guardarlos en el fondo de la memoria, para no olvidarlos,ni recordarlos, sólo respirarlos de vez en cuando, para volverse un poco demente. No lo niegues, no lo olvides, es fuego que arde, que quema, que mata, que derrite, que imanta de forma fantástica, pero aplasta y separa como un gigante que arrasa por donde camina.
Ojalá pudiera matar a la conciencia, y con ella, los remordimientos que nos hacen buenas personas.
La estrella murió y dejó un universo, viudo de la luz que daba vida al corazón del cosmos, el todo sin el nada, unos ojos sin palabras.
Pienso que los remordimientos son sólo un mecanismo para recordarnos constantemente lo humanos que somos, independientemente de lo buenos o malos que seamos...
ResponderEliminarHumanos, personas sin más, guiados por impulsos que pueden saber genial o a mierda, e incluso a todo a la vez.
Me ha encantado, Tere =]
Cada vez me resulta más bonito lo que escribes. Tus palabras esconden una profundidad difícilmente detectable jeje, pero simplemente decirte que a través de todo esto, tiendo a intuirte como una persona con una llama siempre encendida, la cual, si la avivas, es sorprendente todo el calor que es capaz de dar y toda la magnitud que puede alcanzar. Y esa llama la identifico sin querer con pasión. Me encanta a mí tb :)
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